
Cuando la hipoteca se vuelve insostenible y las posibilidades de pago desaparecen, muchas familias se enfrentan a un miedo común: perder su casa y seguir debiendo dinero. La dación en pago de la vivienda habitual es una alternativa que permite, en determinados casos, saldar la deuda hipotecaria entregando la propiedad al banco. Es una solución drástica, pero puede ofrecer un nuevo comienzo cuando la situación financiera no da tregua.
Entender cómo funciona, en qué casos se aplica y qué consecuencias tiene es clave para tomar decisiones informadas. Porque cuando una vivienda deja de ser un hogar y se convierte en una carga, es importante tener claro qué opciones existen.
¿Qué es la dación en pago?
La dación en pago es un mecanismo jurídico mediante el cual una persona entrega su vivienda al banco a cambio de que este cancele la deuda hipotecaria pendiente. Es decir, el banco se queda con la vivienda, y a cambio, el deudor queda libre de la hipoteca, sin tener que seguir pagando cuotas ni asumir la diferencia entre el valor de la casa y la deuda restante.
Este acuerdo tiene que ser aceptado por ambas partes. No es algo automático ni obligatorio para los bancos. De hecho, en muchas ocasiones es necesario negociar y justificar que no existen alternativas viables de pago.
La ley contempla este recurso como una medida de último recurso para personas en situación de vulnerabilidad económica, especialmente cuando se trata de su vivienda habitual, no de una propiedad secundaria o de inversión.
¿En qué casos se puede solicitar?
Este mecanismo no está disponible para todo el mundo. Está pensado para proteger a familias que realmente no pueden hacer frente a la hipoteca y ya han agotado otras opciones. Algunos de los requisitos habituales son:
- Que se trate de la vivienda habitual del deudor (donde reside él o su familia).
- Que exista una situación económica sobrevenida que impida el pago de la hipoteca (desempleo, enfermedad grave, separación, fallecimiento de un cónyuge…).
- Que los ingresos del hogar estén por debajo de determinados umbrales económicos.
- Que no existan otros bienes o ingresos con los que hacer frente a la deuda.
- Que se haya intentado una reestructuración previa de la deuda sin éxito.
En España, el Código de Buenas Prácticas Bancarias, aprobado en 2012 y actualizado desde entonces, recoge las condiciones que deben darse para que los bancos ofrezcan esta solución. No todas las entidades están obligadas a aceptarla, pero muchas se han adherido voluntariamente.
¿Qué documentación se necesita?
Para solicitar la dación en pago de la vivienda habitual, es imprescindible aportar documentación que acredite tanto la situación económica como la imposibilidad de pagar la deuda. Entre los documentos más habituales están:
- Escritura de la hipoteca.
- Certificado de empadronamiento que demuestre que se trata de la vivienda habitual.
- Justificantes de ingresos o certificados de desempleo.
- Declaración de bienes y patrimonio.
- Certificados médicos (si procede).
- Libro de familia, en caso de cargas familiares.
Cuanta más información se aporte, más posibilidades habrá de que el banco valore la propuesta y busque una solución razonable.
¿Cómo es el proceso paso a paso?
Aunque cada situación es diferente, el procedimiento habitual para tramitar una dación en pago es el siguiente:
- Solicitar una reunión con la entidad bancaria, explicando la situación y aportando la documentación necesaria.
- Negociar con el banco, ya que no están obligados a aceptar esta opción. Pueden proponer alternativas previas como una refinanciación o una carencia.
- Si se acepta la dación, se firma una escritura ante notario, en la que se formaliza la entrega de la vivienda y la cancelación de la deuda.
- Una vez firmada, el deudor queda libre de la hipoteca, aunque deja de ser propietario de la vivienda.
En algunos casos, se puede negociar la posibilidad de seguir viviendo en la casa durante un tiempo determinado mediante un alquiler social, aunque esto dependerá siempre de las condiciones que imponga la entidad financiera.
¿Qué consecuencias tiene?
Aceptar la dación en pago de la vivienda habitual tiene implicaciones importantes. Las principales son:
- Extinción total de la deuda: la hipoteca queda cancelada, incluso si el valor de la casa es inferior al importe pendiente.
- Pérdida de la propiedad: se deja de ser titular de la vivienda.
- Impacto emocional y logístico: hay que dejar el hogar y buscar una alternativa habitacional.
- Posibles efectos en el historial crediticio: aunque se extingue la deuda, algunos bancos pueden reflejar esta operación en los registros de solvencia, lo que puede dificultar futuros créditos.
Aun así, para muchas personas esta opción representa una oportunidad de empezar de nuevo sin arrastrar deudas impagables ni vivir con el miedo constante al embargo.
¿Qué alternativas existen?
Antes de llegar a la dación en pago, conviene valorar opciones como:
- Renegociar el préstamo hipotecario (carencia, ampliación de plazo, reducción temporal de cuota).
- Solicitar ayudas públicas.
- Vender la vivienda en el mercado y cancelar la hipoteca con lo obtenido.
- Alquilarla y usar el ingreso para pagar la deuda.
La dación en pago es un último recurso. Pero cuando no queda otra salida, puede significar empezar de cero sin arrastrar una deuda imposible de asumir.
Una vivienda es un hogar, no una carga
En Almanova sabemos que detrás de cada vivienda hay historias, decisiones difíciles y a veces, situaciones personales muy complejas. La dación en pago de la vivienda habitual no es una solución para todo el mundo, pero puede ser un alivio en momentos de gran presión económica.
Acompañamos a personas que atraviesan procesos de venta complicados, que tienen dudas sobre su hipoteca o que necesitan entender qué opciones reales tienen. Si prefieres optar por la venta de tu vivienda, solicita una valoración gratuita de tu inmueble. Te esperamos en Atocha 28 a y Huertas 57.