La inmobiliaria Almanova, agencia inmobiliaria referente de la zona de Madrid Centro, ha celebrado estas pasadas Navidades su 18º aniversario con dos acciones solidarias que refuerzan su posición como una agencia inmobiliaria de calidad en sus barrios de actuación, Huertas y Atocha, con una clara cercanía con sus vecinos a través de la celebración de este tipo de eventos, como la búsqueda de los vecinos “Alma de Barrio” y la entrega de juguetes a menores en situación de vulnerabilidad.
Por ello, desde el 20 de diciembre hasta el 3 de enero buscaron en estas dos zonas a los vecinos “Alma de Barrio”, aquellas personas que llevan más de 10 años residiendo en estas zonas y que aman su barrio, tal y como lo hace Almanova. “Desde nuestra llegada hace 18 años hemos querido acercarnos a la vida de nuestros vecinos y comerciantes, nos hemos familiarizado con sus costumbres y hemos querido ser uno más de la familia, fomentando el comercio y la restauración de estas dos zonas castizas de Madrid”, explica Hernán Izraelewicz, fundador y director de Almanova. Por ello, Almanova ha decidido sortear dos tarjetas regalo de 200€ para gastar en los comercios de la zona y servir así de dinamizador del negocio local.
Del mismo modo, y con intención de hacer una Navidad más feliz a aquellos más vulnerables, por segundo año consecutivo, Almanova ha cerrado un acuerdo con la Fundación Esperanza y Alegría para fomentar la recogida de juguetes en sus dos oficinas y hacer entrega de los mismos a más de 100 familias vulnerables de, en este caso, la zona de El Pozo de Tío Raimundo.
La acción, englobada en su segundo año bajo el nombre #NadieSinSonrisa, llevó a los Reyes Magos de Almanova a una emotiva entrega de juguetes el día 5 de enero, la víspera de Reyes.
Estas dos acciones ponen el broche de oro a un 18º aniversario de esta agencia inmobiliaria que ha visto durante su historia cómo, incluso en los periodos de crisis e incertidumbre, la zona central de la capital se mantiene como una opción de inversión segura: aun con ligeras variaciones en momentos complicados, su crecimiento es constante. Tanto es así que la agencia trabaja por mantener un posicionamiento muy claro “ser parte de la vida de nuestro barrio, compuesto por residentes de segunda generación que son más exigentes porque quieren ser parte de la vida central de la ciudad, con todo lo romántico y castizo que conlleva, pero con las comodidades actuales. Nos hemos adaptado a la evolución de la zona para poder convivir de manera responsable con los vecinos: un proceso de compra es una decisión grupal, tenemos que poder elegir el perfil correcto para la zona”, concluye Izraelewicz.